-¿No se desanima usted después de fracasar tantas veces?
-¿Fracasar? No sé de qué me hablas. En cada pasó descubrí un motivo
por el que la bombilla no funcionaba.
Ahora ya sé mil maneras en que no se debe fabricar una bombilla.
"Albert Einstein"

domingo, 21 de noviembre de 2010

POR EL ESTÓMAGO DE BAGDAD



“DADÁ no siente nada, no es nada, nada, nada.
Es como vuestras esperanzas: nada
como vuestros políticos: nada
como vuestros héroes: nada
como vuestros artistas: nada
como vuestras religiones: nada(...)”


Francis Picabia, Manifiesto caníbal Dadá (1920).
  

Si bien el curso pasado hicimos un largo recorrido de la historia fotográfica a través de diferentes autores y épocas y de sus diferentes teorías, ésta, fue sin duda, una pequeña introducción de todo lo que abarca esta asignatura.
Ya que es muy difícil profundizar en estos temas y estudiar a todos ellos por igual en un solo año, mi decisión, a la hora de realizar este trabajo, ha sido la de investigar más a fondo alguno de los temas vistos de forma más superficial, y concretamente, el fotomontaje dentro del concepto espacio-tiempo.

¿Por qué éste y no otro el tema elegido? Tal vez para responderme a mí misma qué es lo que me llama tanto la atención de esta parte de la fotografía y si, esta técnica, ha funcionado a lo largo de la historia por la misma razón por la que yo he llegado a realizar este trabajo y no otro.

Parto de la definición de fotomontaje, entendiéndola según el diccionario de la Real Academia Española como: “Composición fotográfica en la que se utilizan fotografías con intención artística, publicitaria, etc.”

Michael Langford, profundiza sobre el término definiéndolo como un efecto dentro de la fotografía: "Consiste en manipular la realidad, para crear imágenes llamativas y ambientes de ensueño, e incluso pesadilla, se trata del teatro visual, sutil y a veces fantástico".1

Pero específicamente, se debe a los dadaístas la invención del término fotomontaje, surgiendo como una reacción en contra de la pintura como única e irrepetible, como una crítica a la sociedad en la que vivían y como una forma de comunicación de masas que conseguiría impactar de gran manera al público al que llegaba.

Los autores de fotomontajes dadaístas más importantes fueron: Raoul Haussmann, Ana Hoch, George Gras y John Heartfield; estos dos últimos explican que lo crean en 1916: "Heartfield, se propuso convertir en una técnica artística consciente lo que había empezado como una broma política incendiaria".2
La palabra fotomontaje se difundió pues en el movimiento como una forma de innovación, Raoul Haussman dice así: "Necesitábamos un nombre para esta técnica y con George Groz, John Heartfield, Johannes Baader y Ana Hoch, decidimos llamar a estas obras photomontages. Esta palabra traduce nuestra aversión a representar el papel del artista, ya que al considerarnos ingenieros (...) hablamos de construir, ensamblar nuestras obras".3

Para los dadaísta, el fotomontaje fue un arma imprescindible para sus creaciones que ellos mismos definían como anti-artística. 

Al mismo tiempo en el que transcurre mi investigación, me voy dando cuenta que mi interés recae sobre todo en el fotomontaje en las vanguardias, y más concretamente en el dadaísmo por encima de otros movimientos, por lo que me centro en esta corriente vanguardista a la hora de realizar mi trabajo teórico y práctico.
 A su vez, voy creando una idea propia a partir de las aportaciones de diferentes autores que tratan el fotomontaje y reflexiono, centrándome sobre todo en el texto de Marga Clark sobre el espacio y el tiempo fotográfico; en él, aparece una cita de Marcel Proust de su obra En busca del tiempo perdido que me resulta bastante interesante: “Tuve que reconocer la dificultad de presentar una imagen fija de un personaje, como de las sociedades y de las pasiones. Pues el personaje cambia como ellas, y si uno desea fotografiar su aspecto relativamente inmutable, no puede sino observarlo en su sucesiva presentación de aspectos diferentes (contando con que no sabe estarse quieto, sino que se está moviendo) ante la desconcertada lente”.4
A partir de aquí, mi reflexión va dirigida a pensar que, al final, uno no puede más que sacar pequeños fragmentos del gran todo del que formamos parte y que el fotomontaje te permite construir un “mundo” fragmentado a partir de los diferentes espacios y tiempos que contemplamos, y que incluso, pueden ser inventados o desconocidos por y para nosotros. Es posible recortar y enmarcar un mundo seleccionado, es posible crear un nuevo espacio y un nuevo tiempo, ordenar y desordenar poniendo en duda lo conocido.

También se refiere a esto Tristan Tzara en su obra Manifiesto sobre el amor débil y el amor amado, manifiesto dadaísta: “Todos somos múltiples en nuestras cabezas y cuerpos”.5

Nosotros podemos ver las distintas caras de una persona que conocemos, pero también podemos crear todas aquellas a las que el ojo no puede llegar, aquellas desconocidas y aquellas que tenemos que descartar por seleccionar otro momento fotográfico.
Man Ray crea en 1932 una composición titulada “Objeto de destrucción”, en ella, integra el ojo como un símbolo que representa nuestra mirada hacia el mundo: “En Man Ray el ojo simboliza la concepción del mundo que, a través de nuestros ojos, es lanzada de un lado a otro por el péndulo manteniéndose en constante movimiento. Lo que Man Ray nos ofrece en realidad es la mirada puesta en movimiento, subordinada a ese continuum de espacio y tiempo. La captación del mundo como mundo en movimiento tiende hacia una nueva visión del mundo”6 Marga Clark sobre el espacio y el tiempo fotográfico. Lo que yo entiendo entonces es que, nuestra realidad está en continuo movimiento; el presente, pasado y futuro se funden sin saber cuando empieza uno y acaba otro, mientras todo cambia. Cuando realizamos un fotomontaje fundimos y comunicamos nuevas realidades que el ojo ve por separado o que, incluso, no llega a percibir.

 Lo que el dadaísmo aporta a todo lo visto anteriormente al fotomontaje son los términos de incoherencia y azar. Tenían claro que en una sola imagen no podían representar todo lo que abordaba sus pensamientos, y por ello, usaban técnicas de collages y fotocollages, pero fue en el azar donde encontraron los resultados que de otra manera no hubieran podido conseguir.
Hans Arp, poeta, pintor y escultor contaba que: “un día había trabajado durante largo tiempo intentando efectuar un dibujo, sin conseguir los resultados ansiados. Cansado de probar, acabó por romper los papeles sobre los que había realizado las diferentes pruebas y lo tiró al suelo. Se quedó asombrado cuando comprobó que aquellos trozos esparcidos al azar habían formado una estructura muy similar a lo que buscaba hacía rato. Desde aquel momento decidió firmemente integrar el azar en todas sus composiciones”.7

 Al realizar mi trabajo práctico, decidí pues, incluir el azar como sí mismo en forma de texto. Leí varios libros sobre el dadaísmo y me pareció que la manera más pura de tratar el azar en mi imagen sería usar la “receta” propuesta por el poeta Tristan Tzara en Dadá manifiesto sobre el amor débil y el amor amargo, en él recomendaba lo siguiente: “Coja un periódico y/o una Biblia. Coja unas tijeras. Escoja un artículo del periódico de la longitud que quiera darle a su poema, o un capítulo ciertamente infame. Recorte el artículo/capítulo. Recorte a continuación, con cuidado, cada una de las palabras que forman el artículo/versículo y métalas en una bolsa completamente opaca. Agítela suavemente. Ahora, saque los recorte uno tras otro. Copie concienzudamente, Copie concienzudamente, Copie... en el orden en que hayan salido de la bolsa. El poema se le parecerá.” 8 En vez de usar un solo artículo preferí recortar palabras sueltas de una hoja de periódico y usar este método que introduciría en mi imagen siendo éste el resultado:

“Por el estómago de Bagdad
saltarán chispas.
Por cada bolsa de plástico
grandes insectos pedaleando
de alcohol.
Si pagas más es porque quieres.
Cincuenta y uno en las fosas
la Guardia Civil.”


A partir de ahí recopile imágenes que visualmente me impactaban aunque no tuvieran relación aparente entre ellas, teniendo en cuenta, características que resumían el dadaísmo (inclinación hacia lo dudoso, la muerte y el nihilismo, renovación de la expresión mediante el empleo de materiales inusuales como recortes y carteles, utilización de temas como la ironía, la crítica a la política, la provocación, el azar, etc.)  realicé un autorretrato y finalmente, después del ensamblaje de todo ello, descubrí que, en cierta parte, había completado un retrato de mí misma que tan sólo en una imagen no hubiera conseguido integrar; por lo que, si en un momento pude recoger tantos aspectos de mí, por qué no de la sociedad, de los pensamientos individuales y colectivos y de las distintas realidades que nos conforman.

En cierta medida, esto es en lo que consistía el dadaísmo y al darse cuenta de ello, pudieron usarlo a su favor para comunicar al resto del mundo sus ideales, inconformismos y pensamientos. Era una manera rápida y económica de comunicación de masas, lo que ayudó a extender sus trabajos. Todo el mundo esperaba nuevas publicaciones que sorprendieran, y esas críticas directas y subversivas, se convirtieron en la forma más popular de arte que se había conocido hasta entonces.



“El fotomontaje representó un nuevo y drástico rompimiento con la perspectiva tradicional renacentista. Era una forma de crear una nueva entidad visual que favorecía la información de un nuevo lenguaje, no sólo artístico, sino también cultural y político. Esta técnica tuvo una gran acogida entre los artistas de vanguardia de la época, en parte porque se usaban imágenes de reproducción masiva y por lo tanto dejaba de ser una actividad elitista. (...) Estaban convencidos de que a través de esta deformación que existe en las fotografías del montaje se podían comunicar nuevas realidades” 9Marga Clark Impresiones Fotográficas. El universo actual de la representación.

La velocidad de trabajo que suponía el uso de tijeras y cola resultaba asimismo muy conveniente para la cercanía e inmediatez. Sus manifestaciones fueron sobre todo proyectos de carteles y sobrecubiertas de libros o ilustraciones de artículos periodísticos y publicitarios. Sin embargo, los dadaístas siguieron dos caminos muy diferentes entre sí en el que sólo coincidía el inicio del mismo, las circunstancias de la época: “Los dadaístas reaccionaron con náusea y rechazo a la brutalidad de la guerra, a la maquinaria de muerte anónima y a las cínicas justificaciones de los gobernantes a ambos lados del frente (...) los dadaístas reprochaban también a las poblaciones su carácter sumiso y nacionalista, y con tanto más orgullo formularon su oposición (...) Mientras el grupo de Berlín introdujo elementos políticos en su argumentación, con la voluntad de animar a su público a que pensase y actuase por su cuenta, los dadaístas de Zúrich apostaron exclusivamente por la ironía, la irracionalidad y la provocación literaria.”10 Dadaísmo, por Dietmar Elger.

Es importante conocer el contexto social que se daba en aquel momento para poder tener una ligera idea de cómo surge el fotomontaje en esta corriente vanguardista. El dadaísmo pues, nace y crece en una época de auge del capitalismo salvaje, de colonialismo y de industrialización, y se mantiene firme a unas ideas de oposición a la guerra y de profundo descontento hacia la cultura burguesa que se estaba encaminando a destruirse a sí misma. La crítica hacia otras formas de arte ya preestablecidas era uno de los temas más importantes del momento, queriendo desvincularse de todas ellas (romper el culto a las expresiones artísticas del pasado y el formalismo académico) o como lo expresaba George Gras: “No es un movimiento ideológico, sino un producto orgánico, que surja como un reactivo a la tendencia de ir andando por las nubes del arte, considerado como sagrado, y que sólo se dedicaba a reflexionar sobre los cubos y el gótico mientras los generales estaban pintando con sangre”. 11

Uno de los autores que más utilizó el fotomontaje como arma revolucionaria y sátira política fue Heartfield, distinguiéndose de todos los demás artistas de vanguardia que trabajaron la técnica en los años veinte y treinta.
Como él mismo escribió: "Los nuevos problemas políticos exigen nuevos medios de propaganda. Para esta tarea, la fotografía tiene el mayor poder de persuasión". 12
Algunos ejemplos de ello son obras como “Adolph Hitler, el superman; come oro y vomita idioteces” o “Antes que la guerra te destruya”.
Este tipo de propaganda influiría posteriormente a otros artistas como el valenciano Joseph Renau, que también usaría el fotomontaje para realizar una crítica social. Éste, además, aportaba una gama cromática que no se había dado antes con tanta intensidad: “Su uso de color era de alguna manera incompatible con el tono austero que hasta hacía poco siempre se había asociado con las imágenes destinadas a exaltar la conciencia política de las masas. Renau trataba simplemente de restituir al color su capacidad potencial para el realismo.” 13Marga Clark Impresiones fotográficas. El universo actual de la representación.

El fotomontaje pues, permitía una transmisión del mensaje con mayor fuerza visual, y gracias a la provocación y a la estrategia de choque, difundían sus ideas sobre las masas: “Dadá no significa nada; queremos cambiar el mundo con nada...” Richard Huelsenbeck.14

“No es dadá el sinsentido, el sinsentido es la existencia de nuestra época” 15Los dadístas.

Los términos de impacto visual y mensaje directo pueden asociarse fácilmente con algunas imágenes publicitarias de nuestra época. La diferencia principal es que venden productos en vez de ideas, aunque la técnica siga siendo la misma. Lo que antes se entendía y utilizaba como propaganda política para remover conciencias ahora se usa como elemento de comunicación persuasivo que actúa en el individuo para cambiar conductas y valores comerciales a través de la publicidad, por ejemplo, creando nuevas necesidades. También es cierto que se siguen creando fotomontajes con fines meramente lúdicos, políticos y de crítica (entre otros), aunque en menor medida.

Respecto a nuestra época actual y ya como conclusión de este trabajo, propongo una cita del texto de Marga Clark que resume, en mi opinión, lo que desempeña el papel de la fotografía en nuestra era de la imagen y la tecnología, en la cual se aparta al individuo de ese carácter interno y emocional para desempeñar un papel mucho más artificial: “El énfasis que las sociedades actuales ponen en el futuro, y en el pasado, hace que poco a poco nuestro presente se esté oscureciendo y desintegrando. (...) El hombre o mujer actual, desplazado de su tiempo y espacio, reafirma su realidad a través del mundo ficticio de las fotografías y de los medios de comunicación. Recurre al mundo de la representación para detener el ritmo alocado de su presente perecedero y poder reconocerse. Esta desorientación que padece el individuo en su tiempo y espacio actual le obliga a reexaminar sus parámetros existenciales y a redefinir los ámbitos de la realidad.”16





2 George Gras y John Heartfield, http://bansheidorly.blogspot.com/2009/06/fotomontaje.html. Junio 2009. Sacado de: Breton Andrés, “ Le surrealismo et la peintre”, París 1928, Pág. 19

3 Raoul Haussman, http://bansheidorly.blogspot.com/2009/06/fotomontaje.html. Junio 2009. Sacado de: Breton Andrés, “ Le surrealismo et la peintre”, París 1928, Pág. 12

4 Marga Clark, “Impresiones fotográficas. El universo actual de la representación”. Capítulo: “Espacio y tiempo fotográfico” Ed. Instituto de Estética y Teoría de las Artes. Madrid. 1991. Pág. 21

5 Tristan Tzara, “Manifiesto Dada” publicado en 1918 en el número 3 de la revista DADA de Zúrich.. Colección Nómada #5. Ed. Anagal, 3ª edición, 2006. Pág. 37 

6 Marga Clark, “Impresiones fotográficas. El universo actual de la representación”. Capítulo: “Espacio y tiempo fotográfico” Ed. Instituto de Estética y Teoría de las Artes. Madrid. 1991. Pág. 27

7 Lourdes Cirlot, “Las claves del dadaísmo. Cómo interpretarlo”. Ed. Planeta S.A. 1990. Pág. 20

8 Tristan Tzara, “Manifiesto Dada” publicado en 1918 en el número 3 de la revista DADA de Zúrich.. Colección Nómada #5. Ed. Anagal, 3ª edición, 2006. Pág. 43

9  Marga Clark, “Impresiones fotográficas. El universo actual de la representación”. Capítulo: “Espacio y tiempo fotográfico” Ed. Instituto de Estética y Teoría de las Artes. Madrid. 1991. Pág. 25

10 Dietmar Elger, “Dadaísmo” Ed. Taschen. 2004. Pág. 9

11 R. Huelsenbeck, “ En avant Dada. El Club Dadá de Berlín”. Ed. Alikornio ediciones. 2000. Pág. 9

13 Marga Clark, “Impresiones fotográficas. El universo actual de la representación”. Capítulo: “Espacio y tiempo fotográfico” Ed. Instituto de Estética y Teoría de las Artes. Madrid. 1991. Pág. 26

14 Dietmar Elger, “Dadaísmo” Ed. Taschen. 2004. Pág. 17

15 Dietmar Elger, “Dadaísmo” Ed. Taschen. 2004. Pág. 24

16 Marga Clark, “Impresiones fotográficas. El universo actual de la representación”. Capítulo: “Espacio y tiempo fotográfico” Ed. Instituto de Estética y Teoría de las Artes. Madrid. 1991. Pág. 38

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